jueves, 16 de abril de 2009

   
Si hubiera sabido que era cuestión de elegir un banco en la plaza...
El que mas me guste (con o sin fundamentos razonables)  
y sentarme.
Empezar por los ruedos desgastados, la lengueta izquierda empeñada en abandonar su lugar, zapatillas sucias
y el suelo.
Despues las yolicas y los pies de algún enérgico transeúnte,  
el pasto.  
Adoquines, una caja de cigarrillos y justo de antes de la acequia,  
un poste.
Arriba, mas arriba, un poco mas, ahi!

Si hubiera sabido que las ganas de ver a alguien  
tienden a escaparse por los cables del alumbrado público,
me hubiera sentado en el banco de esa plaza hace mucho.

 

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